Los
alimentos ecológicos se producen sin pesticidas ni fertilizantes sintéticos. En
los países anglosajones se utiliza la expresión “organic food” para los
alimentos de producción ecológica, con lo que a veces nos encontramos con
textos (en especial procedentes de países latinoamericanos) que ensalzan a los
“alimentos orgánicos” frente a los “alimentos inorgánicos”, que son muy malos.
El
caso es que tanto los alimentos orgánicos como los inorgánicos son
imprescindibles para nuestra dieta. Me explico. El adjetivo “orgánico”, desde
un punto de vista científico, se emplea para aquellos compuestos que contienen
carbono (símbolo químico C). Los seres vivos estamos construidos por tres tipos
de compuestos orgánicos: las proteínas, los carbohidratos y las grasas, que
producimos y consumimos; de ahí que a la química orgánica, la química del
carbono, también se la denomine química de la vida.
Pero
resulta que hay otros compuestos que son absolutamente necesarios para
mantenernos no ya sanos, sino con vida, y que son inorgánicos (no contienen C):
el agua, el oxígeno y los minerales. El oxígeno lo obtenemos con la
respiración, como todo el mundo sabe, pero los minerales y parte del agua nos
llegan a través de los alimentos. Por ejemplo, la acelga es muy rica en
potasio, necesario para la transmisión del impulso nervioso y la actividad
muscular.
Los
alimentos ecológicos son otra cosa. Os invito a conocer la cooperativa de
consumo responsable agroecológico “La Garbancita Ecológica”, de la cual formo
parte.
Así
pues, ¡consumamos alimentos orgánicos e inorgánicos! Y si son ecológicos, mucho
mejor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario